viernes, 27 de agosto de 2010

¡Ocaso!




En este ocaso su luz,
refleja con nitidez,
lo que fuera alguna vez
el suplicio de Jesús

La observamos abismados
tú, yo, también muchos más,
los que seamos capaz
de por Él ser amparados.

Esa Cruz fue su legado
a toda la humanidad
debemos con humildad
rendirle profunda fe
y que a nuestro lado esté
contra el odio y la maldad.

Luis Varela Luzardo

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