Voy a contarles la historia
de una burrita que tengo.
Ella es fina, de abolengo
pero me causa dolores
porque inició unos amores
con un burrito realengo.
La burrita condenada
de su corral se escapó
y al burrito se entregó
En una noche nublada.
Hay algo que yo comento
y no acabo de entender,
es, ¡Que le ha podido ver
mi burrita a ese jumento!
Pero tendré que aceptar
la jugada del destino,
pues un hermoso pollino
está próximo a llegar.
Termino la historia de ellos
la burrita y el jumento
lo cierro como los cuentos
de príncipes y plebeyos
Luís Varela Luzardo
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