¡No se, digo yo!

Viva la revolución
y su forma de gobierno,
¿Permitirá Dios que sea eterno?
¿No expirará su actuación?

Si del felón un contrario
una luz roja se pasa,
le dan la cárcel por casa
y botan el calendario.

Pero si sus atorrantes
violan la Ley a su antojo
los jueces cierran los ojos
de la forma más flagrante.

De los de ellos en Llaguno
son héroes, sin discusión
y hasta funcionarios son,
pero aplauden al tribuno.

Los policías, ¡Son culpables!
treinta años se ganaron,
con saña se comportaron,
¡Magistrados miserables!

“La piedrita”, banda armada
hace y deshace a su antojo
pero ellos cierran los ojos
son hienas de su camada.

La exaltada “comandanta”
que una estación asaltó
y hasta granadas lanzó;
¡Debería estar en la planta!

Más de que estaba hospedada
en una suite de la DIM,
ya salió ese querubín
tranquila como si nada.

Esta es la triste verdad
que se vive en Venezuela
y duélale a quien le duela
¡Aquí no existe equidad!

Luís Varela Luzardo