domingo, 15 de agosto de 2010



¡En manos de quien estábamos!

Dedicado a la democracia. Escrito en noviembre
del año 1990.

Posiblemente sea duro con lo que voy a exponer
pero es que me he puesto a ver y a analizar fríamente,
que en este país su gente, claro con sus excepciones,
dando están demostraciones de una actuación indecente.

Vemos como diariamente por prensa y televisión,
se mancilla a la nación con noticias delictivas
que nos hacen preocupar; donde iremos a parar
si el delito nos domina, como ya se empieza a ver;
los que aún podamos tener una conducta decente
o nos liquida esa gente para su acción no estorbar
O nos tocará emigrar como cuestión inminente.

Delincuente no solo es: el que asesina, el que viola,
el que atraca o el ladrón; delincuencia es a su vez:
la corrupción imperante, que azota nuestra nación.

Pero el que viola, va preso, igual va preso el ladrón;
pero: ¿En que cárcel están los presos por corrupción?
Los que han tenido la suerte, mala, es bueno aclarar,
que lo consigan culpable de ser un malversador;
lo aprehenden si no se va al exterior,
lo ubican en una celda: alfombrada, con cortinas,
con aire acondicionado,” betamax y televisor.”
viviendo a la blanca y bella
mejor que si se hospedara en hotel de cinco estrellas.

Al poco tiempo esta libre, tres meses a más tardar,
no le confiscan ni un medio, y todo lo que robó,
muy democráticamente, en nuestras propias narices,
lo comienza a disfrutar.

De los casos más recientes, y que igual como Recadi
suscitó mucha alharaca; tenemos: la CVF. MTC.
cemento andino y Gobernación de Caracas.

Los bancos no han escapado de esta lacra nacional:
el BND, del Comercio, el de los trabajadores
y el Fomento Regional.

Permítanme que destaque en forma muy especial;
a un progresista empresario, “dinámico, inteligente”
tal como fuera descrito en nuestra prensa local;
hasta en su nombre una gaita, alabando sus virtudes
Nos hicieron escuchar.

Este oscuro personaje que según en los sesenta
en famélico pollino, por la Pomona vendía
plátanos de a tres por real
hoy se encuentra disfrutando de la grandiosa fortuna
ganada con su “trabajo” en el Banco Comercial.

Pero lo que más irrita,
y no tiene explicación, es que nadie les obligue
que devuelvan, que respondan; que lo señalen culpables
por la flagrante manera como roban La Nación.

RECADI es otro episodio del Best-Seller en cuestión,
como siempre que no hay pruebas con buena sustentación.
Que el juez que recibió el caso no tiene jurisdicción;
que la Ley de Salvaguarda es ambigua en su extensión.

Que tal Juez la revocó, que el otro juez se inhibió,
y van tejiendo una trama de tremenda proporción,
que al final resultan reos de la susodicha acción:
la secretaria, el portero, el vigilante, el chofer,
y el que hizo la acusación.

La lenidad en los casos, la falta de autoridad
que ha habido desde el gobierno, para actuar con decisión;
están sentando las bases, para que en este país
sea personaje honorable;¡No el honesto! ¡ El vil ladrón!

Luís Varela Luzardo

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