jueves, 30 de septiembre de 2010

¡Remembranza!



Era una imberbe pura e inocente
cuando a mis brazos arribó primera
era un despuntar de primavera
era un puro y sin tallar diamante.

Su juvenil presencia fue impactante
me prendó su muy angelical figura,
hubo etapas de pasión con desmesura
nos imbuimos en un amor constante.

Como poder olvidar esos momentos
tiernos, puros, de singular entrega
sin exigirnos nada a cambio, solo amor;

pero el destino nos truncó los sentimientos
y hoy rememorando lo que ahora cuento
se me comprime mi alma de dolor.

Luis Varela Luzardo

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