viernes, 3 de septiembre de 2010

¡Precosidad!



Imbuido en mis recuerdos juveniles,
bajo la sombra de un frondoso limonero,
llegó a mi mente aquel encuentro artero
con tres mancebas, ignaras y pueriles.

Siete años, mi edad para el momento,
no imaginé su intención adolescente,
fue un pasaje por demás irreverente,
pero, complacido quedé de aquel encuentro.

Esa aventura en mi vida, marco un norte,
como una adicción en mi actuar futuro,
confieso que ser fiel no fue mi fuerte.

Lo que si, le fui sincero a mi consorte,
nos hicimos de un compromiso noble y puro,
no separarnos hasta llegar la muerte…

Luís Varela Luzardo.

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