lunes, 28 de noviembre de 2011

¡Muriendo por ti!





Me encuentro enfermo, muy enfermo,
mi frágil corazón se niega a responderme;
creo que de esto continuar,
sin lograr encontrar la forma de aliviarle su tristeza,
no soportará el dolor que lo aqueja
y pagaré las consecuencia de su sufrir,
convirtiéndome en víctima de su debilidad,
cuando se prendó perdidamente
de alguien, que no le correspondió como lo deseaba.

De eso darse, muy pronto seré un alma
vagando en el espacio infinito,
pero si mientras estoy vivo no logro
conseguir la cura que le alivie su sufrir,
su melancolía su pena,
por la imposibilidad de tenerla,
después de morir mi alma estará allí, al lado de ella;
tal vez no pueda verme,
pero mi espíritu se mantendrá a su alrededor,
para que aún después de muerto
continuar amándola. ++

Luis Varela Luzardo

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