lunes, 12 de diciembre de 2011

¡Mi Ángel!




Un día, tal como éste
el Dios Todopoderoso,
me envió, un Ángel precioso
desde su trono celeste.

Pero este mundo es así
alguien se me adelantó,
y con suerte se apropió
de lo que envió para mi.

Pero ahora, te hablo a ti
a ti, mi Ángel adorada,
si bien perdí la jugada
porque así quiso el destino,
te juro: ese desatino
no priva que seas amada.

Luis Varela Luzardo

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