sábado, 14 de enero de 2012

¡El mendigo rico!




Pasaba por mi casa muy seguido
solicitando ayuda a su indigencia,
de harapos y descuidada apariencia
buscaba ser por alguien comprendido.

Siempre mi bondad le fue brindaba
aquel hombre se mostraba agradecido,
hasta que un día me dijo compungido
que engañarme un día más no soportaba.

Dijo: no soy lo que aparenta mi desgracia
solo que así, gran estatus he ganado
soy persona con bienes de fortuna.

Usted no se merece mi falacia
me siento de verdad avergonzado
y aprecio su bondad como ninguna.

Luis Varela Luzardo.

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