miércoles, 31 de agosto de 2011

¡Mujer!




Mujer, dama, hembra no importa
es el más sublime ser,
un monumento es deber
hacerle, y se queda corta.

Madre, esposa, hija, hermana,
cualquiera sea su lugar;
está presta para dar
toda su belleza humana.

Mujer, reina, soberana
das la vida, das amor;
das dulzura y esplendor.

Eres el más lindo ser
que dio el nombre de mujer
nuestro bendito creador.

Luis Varela Luzardo

Franklin.




A un año de ajusticiado.

quiero enviarle fuerte abrazo
a los Brito en su dolor;
se marchó ese luchador
digno, valiente y honesto,
nunca abandonó su puesto
por defender lo debido
y un gobierno corrompido
le arrebató con descaro,
pero habrá de pagar caro
lo que a la postre le hicieron
y su muerte permitieron
si ápice de pudor;
adiós al gran luchador
en mártir te convirtieron.

Luís Varela Luzardo

lunes, 29 de agosto de 2011

Al Tío Simón





Deseo en esta ocasión
que tu salud no está bien,
pedirle a Dios diga amen
por tu recuperación.

De hinojos de corazón
ante nuestro padre orando
y con mucho afecto enviando
un abrazo al tío Simón.

Luis Varela Luzardo

¡Arte o sadismo


Arte o sadismo.

Causa asco y repulsión
presenciar como la gente,
disfruta sádicamente

viendo a seres irredentos.

Causarle cruel sufrimiento
a un indefenso bovino,
que le espera un cruel destino
frente a unos locos de atar.
Que su destino es matar
a la bestia sin piedad
y con cruel inequidad
hasta el cansancio torturan.

Su crueldad nadie censura.
Las mismas  autoridades
dicen “ole” a las maldades

que infringen al animal
y avalan la criminal;
acción de los criminales.



Luis Varela Luzardo

Mi imagen ante el espejo


El espejo es el amigo
que nos dice sin rubores,
que somos como las flores
Pues el tiempo nos marchita.
hombre feo o mujer bonita
igual notan cada día,
que su fresca lozanía
la pierden sin dilación.
Y eso produce emoción
pero emoción de dolor,
al ver que nuestro esplendor
juvenil nos abandona.
la senectud no perdona,
es inclemente y aguda,
aun que su presencia es muda,
al mirarnos al espejo
bien sea de cerca o de lejos.
la cínica, nos saluda.

Luis Varela Luzardo

No sufras corazón





Corazón, ¿Por qué lloras?
No te das cuenta que le eres indiferente
aparte de débil eres ciego,
...tú insistes, pero ella sigue gélida, alejada.
Reacciona, ¡Donde está tu espíritu guerrero
tú fortaleza, tu orgullo! ¿Lo has perdido?

Y el responde: No se, de verdad no se
lo que me ocurre, lo único cierto es:
que a medida que su indiferencia me hace
pedazos, mi sufrimiento se multiplica, porque cada
uno de esos pedacitos la recuerdan y la aman
más y más. ¿Que puedo hacer?

Luis Varela Luzardo

¡Te amo tanto!







En una copa da vino vertí mis lágrimas
veía tu imagen danzar en su dulzor
recordaba nuestra despedida
tan triste, tan llena de dolor.

Este corto tiempo parece
una cruel eternidad,
no soporto estar lejos de ti,
te amo tanto, vida mía.

Eres mi cielo, mis sueños,
eres mi diosa, mi esperanza,
eres mi sonrisa, mi deseo de vivir
sin ti no valoro mi existencia,
si tú me faltas mi alma se esfuma
y seré solo un cuerpo inerme.

Luís Varela Luzardo

domingo, 14 de agosto de 2011

¡Gracias por volver!





Volviste a mí como regalo del destino
claro, sin esperanza de tenerte,
pero debo agradecer tener la suerte
rememorar que cruzaste mi camino.

Se bien que nunca fui correspondido
pero muy enamorado se que estuve,
de pronto te esfumaste como nube
pero nunca pensé haberte perdido

Hoy siento que renació una llama
llama que no podrá quemar ni ser ardiente,
me servirá como alivio solamente

observando tu imagen extraída,
la adoraré como joya consentida
para que nunca de mi lado mas te ausentes.

Luis Varela Luzardo

miércoles, 3 de agosto de 2011

Soñar despierto




Reclinado en la borda de la nave
miraba el horizonte solo y triste,
en las olas veía tu imagen reflejada
y recordaba aquel beso que al partir me diste.

Miraba el cielo que se perdía a lo lejos
veía en las nubes formarse tu silueta,
y si de ellas la lluvia descendía,
me apenaba pensar que aquellas gotas
significaban tu llanto vida mía.

Cuando la suave brisa mi rostro acariciaba
con su sutil fragancia fresca y pura,
eran tus tersos besos amor mío
lo que creían sentir los labios mío,
en aquel soñar despierto en tu figura.

Cuando en las tardes el ocaso triste
acercaban las sombras de la noche oscura,
la luna alegremente se asomaba,
y en el centro de su faz se reflejaba
tu frágil silueta radiante de hermosura.

Luego la noche serena o tormentosa
apacible o rugiente de bravura,
para mí, igual valor tenía
pues en mi mente lo único importante;
era ver llegado el gran instante
de tenerte en mis brazos vida mía.

Luis Varela >Luzardo