Quise tener la oportunidad de conversar
con un anciano que en un semáforo pedía,
lo llamé y le pregunté si él podía
darme un minuto para algo preguntar.
Se acercó un poco temeroso, retraído,
amablemente lo invite a sentarse,
me presenté y le induje a relajarse
indagué si descendencia habia tenido.
Me dijo si, una hembra y dos varones
fui buen padre, por mi madre se lo juro,
a los tres les labré muy buen futuro;
y véame aquí con vergüenza mendigando,
mientras ellos de su vida disfrutando
me debo conformar con un pan duro.
Luis Varela Luzardo
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